En una era de cambio como la que estamos viviendo todos nos estamos preguntando hacia dónde vamos a ir, cómo se configurarán los modelos de negocio en el futuro y dónde se establecerán las ventajas competitivas que permitan generar beneficios y con ello garantizar la supervivencia de nuestra empresa.
El cambio es imparable
En este ambiente, lo que sí tenemos seguro es que las empresas y su cultura van a cambiar. Este cambio conducirá a una transformación digital empresarial. No sabemos durante cuánto tiempo nuestros equipos tendrán que convivir con entornos muy cambiantes y disruptivos. A corto plazo, lo que ya constatamos todos es que ha aumentado la competencia, el acceso a la oferta tanto digital como física. Ahora disponemos de más vías para resolver nuestras necesidades y además la velocidad con la que surgen nuevas alternativas es mayor.
La crisis sanitaria que ha provocado la COVID y la rapidez con la que la estamos resolviendo, son un buen ejemplo de la magnitud de los cambios que quedan por llegar. Han cambiado la dimensión y velocidad de nuestra realidad.
El desarrollo de soluciones ha sido mucho más rápido por la mayor interconexión entre laboratorios y empresas. La capacidad logística mundial ha respondido a las nuevas necesidades. La capacidad de reacción de la sociedad, sus empresas y gobiernos ha sido mucho mayor y durante la pandemia se han sucedido a toda velocidad distintos escenarios.
Tu empresa no se puede quedar atrás de esta capacidad de adaptación, es el momento de pensar en la transformación de tus procesos de negocio.
Un cambio tecnológico y más allá
En este entorno, los negocios se están enfrentando a un proceso de cambio y transformación que no es solo tecnológico, como nos puede dar a entender el término “transformación digital”. Los cambios que se están constatando tienen que ver con la propuesta de valor de las organizaciones, su cultura y quizá un nuevo contrato entre sus stakeholders.
El objetivo de cualquier empresa es identificar y explotar las ventajas competitivas sostenibles. Estas ventajas las obtienen gracias a una mayor adaptación a las necesidades del mercado, un enfoque a la satisfacción del cliente, y también a las mejoras de eficiencia operativa y reducción de costes. La incorporación de tecnologías digitales trabaja ambas vías y por ello su implantación no es un fin, sino un medio para que la empresa pueda afrontar los cambios que se producen en los mercados.
¿Cuáles son los cinco aspectos imprescindibles para afrontar los retos?
Los cinco aspectos imprescindibles que nos van a guiar y ayudar a llevar a buen puerto nuestra transformación digital empresarial son:
- Diagnóstico: hacer una evaluación de la situación de la empresa, sus procesos clave de negocio y su análisis DAFO.
- Objetivo: definir la visión de su negocio respecto al mercado y su evolución. Ésta permitirá definir la estrategia de transformación, digital u organizacional, que se debe afrontar y se adapta a su visión.
- Implicación y liderazgo: combinar el compromiso visible y transparente de la dirección de la organización con la aceptación de su estrategia y de los objetivos a todos los niveles. En todo ello la gestión del cambio y la comunicación son la clave.
- Metodología ágil: una vez identificados los procesos y tecnologías a impactar, es importante fijarnos objetivos a corto plazo con indicadores claros de desempeño y avance, incluyendo el nivel de compromiso de los equipos.
- Cambio cultural: la aceleración en los cambios de la organización obliga a que la colaboración entre equipos tenga que ser mayor. Se tendrá que acompañar a los empleados en su propia transformación dándoles acceso a las nuevas habilidades que se les requiera.
Se han propuesto diversas estrategias dependiendo del tamaño de la organización y de la magnitud del cambio que se le exige. Cuanto más grandes sean y mayor el cambio en el modelo de negocio, y, por tanto, de la cultura, más difícil y lento será el proceso de cambio. De las estrategias inmersivas en las que el CEO impulsa el cambio radical de la organización habrá que pasar a estrategias más paulatinas, buscando las áreas o procesos de negocios que generen en menor plazo resultados basados en la transformación, lo que se ha definido como escalar el borde.
Las empresas y sus equipos tendrán que adaptarse de manera ágil a un entorno de oportunidades volátiles y amenazas sostenidas. Esto implicará incorporar nuevas tecnologías y formas de relacionarnos dentro de la empresa y con nuestro entorno, con las implicaciones de cambio cultural que ello provoca. Disponer de socios que nos acompañen y ayuden a incorporar y acelerar la transformación de nuestra organización, será clave para mejorar nuestra rentabilidad y a largo plazo nuestra supervivencia.