Pablo tiene 28 años, y es su primer día de trabajo. Otra vez. Ha cambiado 3 veces de empresa en los últimos 2 años y ya percibe en este primer día el eco de los fracasos anteriores. Aunque sus compañeros parecen muy simpáticos y amables, el “tour” inicial se hace rápido y con estrés, y le cuesta entender qué deberá hacer, leer o completar en sus primeras semanas. Tampoco sabe a quién puede pedirle consejo o ayuda pues todos parecen muy atareados. Prueba a investigar en su ordenador recién estrenado buscando en la intranet de la empresa pero abandona la idea rápidamente al ver un sinfín de siglas, títulos incomprensibles y links a diferentes bases de datos con información fragmentada y abrumadora. Una parte de él se fuerza a respirar hondo, sonreír y pensar que ya se acostumbrará. Pero su esencia de “millennial” ve aflorar el germen del aburrimiento y la complejidad innecesaria y prevé que no será su último primer día.
María tiene más de 20 años de experiencia en recursos humanos. Ha pasado por muchas empresas y ha tenido muchos títulos: consultora, gestora, directora de rrhh y ahora HRBP. En la última reunión con sus compañeros todos han coincidido: los nuevos objetivos de productividad y reducción de costes son casi imposibles de mantener y se han lanzado varios proyectos a cuyas reuniones a penas le da tiempo a asistir. Cada vez le llega un mayor número de currículos: hay que buscar aptitudes y experiencias clave que se puedan extrapolar a los nuevos y diferentes puestos de trabajo que están surgiendo en su empresa. Tiene cada vez menos tiempo para hacer entrevistas, aunque sabe que sigue siendo una pieza clave del proceso. Además, los candidatos parecen cada vez más aburridos y desmotivados. Los procesos de selección se han vuelto demasiado largos y complejos y el candidato llega cansado y confundido a las entrevistas cara a cara. Esto pasa sobre todo con los candidatos más jóvenes, a los que no motiva nada la revisión cronológica del currículo.
¿Cómo puede la inteligencia artificial ayudar a María y a Pablo?
Cada vez hay más herramientas que ayudan a los gestores de recursos humanos en sus procesos de selección. Con algoritmos inteligentes, la criba inicial de CVs es mucho más eficiente, haciendo coincidir palabras clave con competencias y aprendiendo de los perfiles que mejor han funcionado. Son sistemas escalables y adaptables y permiten además guardar un repositorio de candidatos accesible para futuros puestos.
Otra opción complementaria es el uso cada vez más frecuente de Chatbots especializados en RRHH. Es ideal para acompañar a personas como Pablo, tanto en los primeros días en la empresa como a lo largo de su carrera profesional, ayudándole con su movilidad interna, con el seguimiento de sus objetivos y en sus formación. Un chatbot facilita donde la interacción humana presenta barreras, ofrece un acompañamiento continuo y es el canal preferido para las nuevas generaciones.
Para María, las aplicaciones con algoritmos inteligentes de selección le permiten ganar tiempo y precisión en la lista final de candidatos. Un chatbot también puede ser su ayudante ideal. Libera a su equipo de trabajo para centrarse en tareas de más valor, ofrece a los empleados un servicio autónomo disponible 24x7 multilenguaje y tiene un coste sostenible que habilita el uso durante todo el ciclo de vida del empleado.
Las empresas, en consecuencia, ven beneficios tanto a corto como a medio y largo plazo con un impacto positivo en su imagen interna y externa.
Con las herramientas de IA en RRHH, se obtiene un mensaje corporativo consistente y alineado y se pueden minimizar los prejuicios a la hora de seleccionar y evaluar: un bot entre culturas o género sabe centrarse de forma objetiva en las competencias deseadas. Además, ayuda a reducir el cansancio de que sus empleados más senior que ya no tienen que realizar tareas repetitivas cómo repetir la inmersión a empleados junior una y otra vez.
Cómo puede la inteligencia artificial y cognitiva dar soporte al departamento de recursos humanos
Si se decide finalmente implementar soluciones de inteligencia artificial y cognitivas para recursos humanos es conveniente tener en cuenta lo siguiente:
- No es necesario hacerlo todo a la vez: es mejor tener un chatbot que haga muy bien pocas cosas que uno que haga muchas cosas mal. Por la naturaleza de su diseño, permite tener una solución rápida que funciona y que luego vaya aprendiendo.
- No hay varitas mágicas: si se implementan estas soluciones hay que prever que una o más personas se dedicarán a su monitorización y reentreno y que los líderes de la organización están comprometidos con la visión digital. Estos detalles revelan qué empresas tienen un compromiso real con la transformación y cuáles están aún en etapa de ensayo y error.
- Aunque se automatiza muy bien y llegará sin duda a tener un alto grado de autonomía, un chatbot adoptará la cultura de los que lo diseñen y programen: conviene aprovechar para pensar que ha fallado hasta ahora y que los sponsors del proyecto se involucren para que el mensaje transmitido sea el adecuado.
- Las soluciones inteligentes debe apoyar en las tareas, pero no sustituir los beneficios de fomentar las relaciones: por ejemplo, en el caso del landing, un chatbot ayudará a la motivación del empleado desde el día uno, a que no se hunda en el mar de información empresarial y a que la formación inicial esté perfectamente orquestada, pero no sustituye el calor de una bienvenida humana en toda regla.
En conclusión, una solución cognitiva basada en la inteligencia artificial puede impulsar diversas funcionalidades dentro del departamento de recursos humanos favoreciendo una mejor selección de talento, acompañando a los empleados en su día a día y por supuesto, innovando en el ámbito de las personas.