El cerebro humano es posiblemente una de las herramienta de trabajo más complejas y misteriosas del mundo. Nuestro cerebro funciona aplicando racionalidad en su hemisferio izquierdo y emocionalidad en su hemisferio derecho. Este hecho condiciona el modo en el que percibimos la realidad e influye en nuestro comportamiento.
Ante una decisión, un problema o una nueva situación, el lado racional suele someter el comportamiento humano para mantenerse en una zona de confort inhibiendo y controlando nuestro lado más creativo y emocional.
En el contexto actual, para afrontar el nuevo mundo digital necesitamos explorar nuestra parte más emotiva y creativa. Aquella que permite diseñar nuevas soluciones aplicando innovación.
Ante este reto, Design Thinking es una metodología que mediante un proceso guiado permite activar una serie de elementos en nuestro cerebro que potencian la creatividad y permite complementar las capacidades de todo el equipo que participa en las sesiones de co-creación. En definitiva, la suma de los cerebros de todos los participantes funciona como un supercerebro. En muchos de los workshops que he liderado pregunto, para romper el hielo, la experiencia laboral en años de cada uno de los participantes y la suma de todos ellos suele ser superior a 150-200 años. Disponer de un supercerebro con conocimiento y experiencia adquirida de más de 200 años es una gran responsabilidad y hay que exprimirlo al máximo.
Por ello, la metodología atraviesa una serie de fases en las que se guía a los participantes hacia la solución de un reto tratando de maximizar la creatividad:
- Entender/Empatizar. Partiendo de un reto o problema concreto, se tratará de recabar la máxima información aplicando diversas técnicas o dinámicas. Desde sesiones con diversas partes implicadas, focus groups, sesiones de investigación con usuarios finales, entrevistas, buscar ejemplos del mismo reto o problema en el mundo, etc. La finalidad es obtener inputs sólidos para el resto de fases.
- Definir. Una vez se dispone del input necesario, se está en condiciones de definir mejor el problema o reto que se quiere resolver. Esta etapa define un punto de vista común a todos los participantes en relación al reto.
- Idear. Dejando rienda suelta a la imaginación y siguiendo una serie de dinámicas y técnicas como el visual thinking, se logra generar muchas ideas para solucionar el reto. Brainstorm, mindmaps, priorización ideas 2x2, etc. Aquí la clave es generar el máximo número de ideas que se validarán posteriormente para ver su viabilidad. Siempre digo que de 100 ideas pueden quedar 5 ideas buenas, pero de 5 es posible que no quede ninguna.
- Prototipar. Esta fase trata de dar forma un concepto a testear. Es posible prototipar soluciones en papel (paper-prototyping) o con mockups interactivos, lanzar una encuesta a usuarios finales para sondear ideas, prototipar una situación con role-play o incluso testear un proceso más complejo mediante storytelling para ver el journey de un cliente y ver que tenga sentido.
- Testear. Con un prototipo en mano, es clave ejecutarlo con un grupo reducido de usuarios finales y ver si realmente provoca el efecto esperado en la organización o sociedad. El feedback obtenido es lo que permitirá continuar ajustando/evolucionando el prototipo o bien descartar el concepto porque no es el acertado. Esto es uno de los valores de Design Thinking y es el hecho de innovar de un modo seguro. Equivocarse rápido y barato, es lo que se requiere en el mundo actual para lograr competitividad gracias a la innovación en el menor tiempo posible.
La clave de todo el proceso es romper el funcionamiento del cerebro humano. No se intenta encontrar una solución hasta que se ha entendido el problema, y aún habiendo entendido el problema en lugar de resolverlo se genera un gran número de posibles soluciones para llevar a cabo la mejor.
En Enzyme aplicamos esta metodología en nuestros clientes (nosotros la hemos paquetizado y la llamamos We Design Thinking). El resultado ha permitido ofrecer soluciones de valor para el negocio apoyándonos en la tecnología con un fin, poner al cliente en el centro.
Hemos logrado la implicación en los procesos de Design Thinking por parte de dirección, managers y usuarios clave en nuestros clientes. El resultado final ha sido la creación de soluciones que siguen tres premisas: son útiles, son agradables de usar y son intuitivas. Además permiten maximizar la rentabilidad de la inversión porque tienen impacto en negocio.
Estos son algunos de los testimonios:
- "Es clave como permitir al usuario participar en la ideación de la solución en un foro común con todos los interesados y expertos permite generar ideas de valor."
- "La gestión del cambio va implícita en un proyecto que aplica Design Thinking, el usuario está tan involucrado que hace suyo el proyecto desde el principio."
- "Design Thinking, nos permite activar la colaboración entre áreas y agilizar mucho más el proceso de diseño de una nueva solución. Se puede pasar de meses a semanas."
¿Quieres co-crear con nosotros? We Design Thinking. Contáctanos.