El proceso de diseño de nuevos productos y servicios ha cambiado mucho durante los últimos años. La demanda y las cambiantes necesidades del mercado, la mayor exigencia por parte del consumidor y la revolución de las nuevas tecnologías han dirigido esta transformación.
Anteriormente, se centraban todos los esfuerzos en desarrollar una nueva solución innovadora, con la última tecnología y las máximas prestaciones. Se invertía un largo periodo de tiempo en aquel producto que se creía que iba a revolucionar el mercado y, una vez creado, se intentaban potenciar sus ventas para maximizar la recuperación de la inversión realizada y obtener un rendimiento económico.
Actualmente, esto ya no es así, o no debería ser así. Hoy en día, es el cliente quien debería ser el centro de nuestros esfuerzos, nuestra obsesión, y el producto una simple consecuencia de todo ello. Veamos cada una de las metodologías paso a paso.
Metodología clásica de desarrollo de producto
Proceso
Tradicionalmente se realizaba una fuerte inversión en estudios de mercado, se estudiaban la demanda, las tendencias del momento y los productos de la competencia y con todo esto se definían las necesidades del consumidor target.
Una vez se había recopilado toda esta información y en base a los resultados obtenidos, se desarrollaba un producto altamente elaborado que esperaba que llegara su momento para satisfacer al mercado.
Características
Este proceso de desarrollo se caracterizaba por durar un largo período de tiempo, suponer un enorme esfuerzo económico y llevarse a cabo bajo un proceso altamente rígido y difícilmente alterable hasta su conclusión.
Problema
¿Cuál era el problema? ¡El ALTO RIESGO! Se realizaba una elevada inversión en conocer las necesidades del mercado del momento y luego se invertían grandes cantidades de dinero en desarrollar una solución supuestamente perfecta, con la mejor tecnología y los mejores acabados. Este proceso de desarrollo suponía periodos de tiempo largos, a veces años. Finalmente, una vez obtenido el producto final, se lanzaba al mercado y… ¡Mucha suerte!
Se estaba realizando una enorme inversión, tanto en tiempo como en dinero, para lanzar un producto con el cual la empresa creía que solucionaría las necesidades del mercado, aunque no lo había probado. Además, dado que el periodo de desarrollo era tan largo, existían posibilidades de que las necesidades de los usuarios ya no fueran las mismas y el lanzamiento del producto fuera un auténtico fracaso.
Las nuevas metodologías de desarrollo de producto
Hoy en día vivimos en un entorno VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity and Ambiguity), caracterizado, tal y como indican sus siglas, por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. En este entorno, los cambios en el mercado y en las necesidades del consumidor se producen de forma constante y a gran velocidad. Así, seguir un proceso de desarrollo tradicional es absolutamente ineficiente.
Actualmente, gracias a las nuevas tecnologías, se han desarrollado todo un conjunto de metodologías, que permiten interactuar constantemente con el usuario, centrando completamente el diseño de nuevos productos en sus necesidades de cada momento.
Proceso
Los nuevos procesos de desarrollo de producto se basan en las llamadas metodologías ágiles. Scrum, Kanban o Lean Startup son algunas de ellas, pero todas tienen en común que se centran en un proceso iterativo de mejora continua. Vayamos paso a paso.
Inicialmente se generan unas ideas de producto basadas en las necesidades de mercado descubiertas. Seguidamente se construye un primer producto, que deberá ser lo más sencillo posible, representando así una mínima inversión tanto económica como en tiempo. Este producto, llamado Mínimo Producto Viable, servirá para validar nuestras suposiciones en el mercado. Testeando dicho producto obtendremos unos datos y feedback muy valiosos que deberán servirnos para aprender, generar nuevas ideas y lanzar al mercado un nuevo producto optimizado. Deberemos repetir este ciclo de forma constante y rápida hasta que encontremos el encaje perfecto producto-mercado.
Características
A diferencia de las metodologías tradicionales, en este caso, la inversión a realizar es muy baja tanto en tiempo como en dinero. Estamos, en todo momento, realizando los mínimos esfuerzos para poder probar las soluciones desarrolladas. Además, dado que hacemos ciclos cortos de desarrollo y vamos variando el proceso en función del feedback obtenido y las prioridades detectadas en los consumidores, se trata de un proceso absolutamente flexible, que se adapta a la perfección al entorno empresarial actual.
Ventajas
En este caso el riesgo es mínimo. Estamos aprovechando las nuevas tecnologías, que nos permiten interactuar constantemente con los potenciales clientes y obtener datos de innumerables fuentes, para validar cada pequeño paso e inversión que hacemos en el proceso de desarrollo. Así, nos aseguramos que realmente lo que estamos creando es lo que el potencial cliente necesita en cada momento, reduciendo de forma drástica la exposición al riesgo.
Conclusión
En conclusión, como hemos podido ver, aquellas empresas que quieran sobrevivir al nuevo entorno cambiante actual, deberán adaptarse a él, adoptando los nuevos enfoques de desarrollo de producto, usando metodologías ágiles, siendo flexibles y estando plenamente focalizadas en el cliente.