Plan estratégico: los 8 errores más comunes que debes evita

La dirección estratégica que debe tomar una empresa siempre ha sido un quebradero de cabeza para muchos de los directores generales. A la hora de formalizar un plan estratégico, se debe encontrar un equilibrio entre una comprensión detallada y el contexto general en el que se encuentra la empresa. Algo que, por desgracia, no siempre se consigue. 

 

En este artículo te contamos cuáles son los errores más habituales a la hora de diseñar un plan estratégico, y cuáles son las mejores estrategias que podemos seguir para evitarlos. ¡Atentos!

 

¿Qué errores se deben evitar al diseñar un plan estratégico?

Aunque son muchos los errores que se pueden llevar a cabo al crear un plan estratégico desde cero, algunos son más comunes que otros. Por ello, centrarnos en estos errores “más comunes”, será un buen punto de partida para asegurarnos un buen resultado: 

 

1. Estrategia elaborada a muy largo plazo

Para que una estrategia empresarial tenga éxito, es importante actualizarla de forma frecuente para evitar que quede obsoleta y termine convirtiéndose en un revulsivo para los empleados. Esto no quiere decir que la empresa deba renunciar a planificar a largo plazo, de hecho sigue siendo algo positivo. Sin embargo, es indispensable que el plan estratégico se vaya actualizando de manera periódica para tener en cuenta los cambios del mercado. 

En este sentido, lo más recomendable es no planificar más allá de 4 años, siempre y cuando se lleven a cabo actualizaciones anuales. Y, en el caso de que las actualizaciones anuales no se realicen, lo más aconsejable será no diseñar un plan estratégico que vaya más allá de 3 años vista. 

 

2. Falta de aceptación

Otro error muy común cuando se diseña un plan estratégico es que los directores generales crean firmemente en su estrategia, ya que para ellos será muy clara. Sin embargo, es indispensable que dicha estrategia se comunique de forma efectiva a los empleados. La comunicación es un elemento clave a la hora de asegurar que los empleados puedan aceptarla con motivación y optimismo. Es decir, para que los empleados crean también en dicho plan estratégico y lo vean como la estrategia ganadora que lleve a toda la empresa al éxito. 

Una forma muy efectiva de generar aceptación es involucrar a los propios empleados en el proceso de ideación para que sientan que la estrategia es también suya. En este sentido, es recomendable que se lleven a cabo sesiones de co-creación de la estrategia. Para ello, se debe seleccionar un abanico de empleados representativos de toda la compañía, de tal forma que estos se identifiquen con el futuro de la compañía. Una vez que el plan estratégico esté correctamente definido de manera conjunta, se deben aunar esfuerzos para comunicarlo correctamente a todas las capas de la compañía. 

 

3. Definir demasiados objetivos del plan estratégico

Muchos de los directores generales ven la definición de una estrategia empresarial como la oportunidad de escribir la carta a los Reyes Magos. Crean una lista de objetivos demasiado larga, siendo algunos de ellos realistas, pero, otros, totalmente inalcanzables. Para evitarlo, se deben identificar las prioridades principales de la empresa y definir objetivos que vayan en esa dirección y que sean alcanzables y mensurables. 

Lo más recomendable es que la empresa establezca 3-4 grandes líneas estratégicas y que cada una de ellas esté compuesta por un máximo de 3-5 objetivos estratégicos. Dichos objetivos pueden subdividirse en objetivos tácticos. No obstante, establecer más líneas estratégicas u objetivos puede ser contraproducente. Simplificar el plan estratégico asegurará que sea más sencillo de entender y también de llevar a la práctica. Recuerda que, la mayoría de las veces, menos es más. 

 

4. Ignorar el entorno de la empresa

Algunas empresas cometen el error de centrarse en exceso en ellas mismas y pierden la noción de su entorno, ignorando tendencias de mercado y las acciones de sus competidores. 

Este error es grave, y debe evitarse mediante la realización de análisis y “benchmarking” que permitan a la empresa tener un conocimiento actualizado de las tendencias y segmentos del mercado, las diferentes necesidades y demandas con las que debe trabajar y, además, identificar nuevas fuentes de ingresos potencialmente atractivas. 

En este sentido, lo más recomendable al realizar un plan estratégico es que se haga una revisión anual exhaustiva de las fuerzas de mercado, y que se incorpore en la parte inicial del plan estratégico revisado. Además, la información recopilada en este análisis debería emplearse para generar escenarios distintos sobre cómo se podrían aprovechar al máximo las diferentes oportunidades disponibles. 

 

5. No “personalizar” para departamentos

Para que un plan estratégico tenga éxito, es importante que no solo se tenga en cuenta la estrategia global de la empresa, sino también que se establezcan objetivos concretos y una hoja de ruta para cada departamento. Para ello, además, es indispensable contar con un plan de inversión que tenga en cuenta las realidades de cada área o departamento. 

Para conseguirlo, lo más aconsejable es que se dedique el tiempo necesario para co-crear el plan estratégico de cada departamento dentro del plan estratégico global. Es decir, destinar los recursos necesarios para asegurar que el diseño del plan estratégico es el correcto y que servirá como una buena base sobre la que trabajar día a día. 

 

6. No involucrar a socios externos en el diseño del plan estratégico

Involucrar a proveedores, clientes y otros socios externos en el proceso de definición de un plan estratégico tiene una gran importancia, ya que permitirá aumentar su compromiso y captar información necesaria para la definición de la estrategia empresarial desde un punto de vista opuesto. Esto posibilitará un flujo de ideas y propuestas heterogéneas y que no habrían surgido sin la colaboración de actores externos.

Para conseguirlo, lo más recomendable es que se realicen sesiones de trabajo grupales con clientes y proveedores clave. Esto permite que la empresa tenga una visión singular y completa del ecosistema en el que se mueve, así como de las necesidades y demandas de los clientes clave para la actividad de la compañía.

 

7. Falta de metodología

Para tener un plan estratégico sólido, es especialmente importante seguir una metodología y que haya un orden estructurado a la hora de elaborarlo. Cada uno de los puntos que se trabajen en el documento deben tener un propósito claro y una razón por la cual aparecen.

En este sentido, se debe adoptar un índice basado en los planes estratégicos de empresas exitosas de características similares y se apliquen mejores prácticas a la hora de elaborar el vuestro. Este hecho tan sencillo aumentará de manera considerable nuestras posibilidades de éxito. 

 

8. Obviar apartados por falta de información

Finalmente, otro de los errores típicos a la hora de definir un plan estratégico es obviar apartados por falta de información. Muchas empresas no hacen los deberes a la hora de obtener las respuestas necesarias para la elaboración del documento. Las empresas deben formular hipótesis, crear escenarios posibles e investigar qué han hecho otras compañías del sector para solucionar esa falta de información antes de dejar un apartado en blanco. De lo contrario, no se trabajará con información completa ni real, lo que puede llegar a traer consecuencias desastrosas para los objetivos y resultados que se desean alcanzar. 

Lo más aconsejable para evitar este error tan habitual, es que se dediquen los recursos y el tiempo necesarios para obtener las respuestas a los puntos más complejos del documento. Obviar problemas o escenarios no sólo no soluciona el problema, sino que suele tener consecuencias devastadoras a largo plazo.

 

¿Cómo evitar los errores de un plan estratégico?

Estos son sólo algunos de los errores más comunes a la hora de plantear un plan estratégico corporativo. Como hemos podido ver, muchos de ellos son muy fáciles de cometer. Aunque la buena noticia es que también son fáciles de evitar si se les concede el tiempo, la dedicación y los recursos necesarios para ello. 

Desde Enzyme recomendamos que se guarde esta guía de errores en mente y se los tenga presente de forma constante a la hora de elaborar cualquier plan estratégico. Esto permitirá poder minimizar el posible impacto de estos errores y, a la vez, evitar cometerlos cuando se lleve a cabo la planificación del plan estratégico de la compañía.

 

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